Justice League #75 pone el cierre al volumen actual de la revista que reúne a los Más Grandes Héroes del Mundo. Y para un número final, es desangelado.

Si has sido de aquellos que leyeron, en algún momento, la Crisis en las Tierras Infinitas, algo que esperarías de un ejemplar donde la Liga de la Justicia está destinada a morir es espectacularidad, tristeza, dolor y hasta indignación hacia los elementos que pueden llevar a la muerte a los superhéroes.

Cierto: hay un montón de referencias a la Crisis. Pariah, el hombre que cree es la causa de la desaparición de infinitas dimensiones, es convertido en un villano de caricatura, siendo el avatar o el heraldo de la Gran Oscuridad, una fuerza elemental de entropía y destrucción. Y gracias a ello, domina a los villanos más temibles del multiverso como lo son Eclipso, Nekron o el más conocido de ellos: Darkseid.

Las muertes de los miembros de la Liga no son ominosas o impactantes, a excepción de la de Flecha Verde (que cada que está puesto en un escenario donde va a morir termina siendo el primero en irse, como sucedió en Injustice o en Future’s End de la época de los Nuevos 52). Las diferentes maneras que se ven de eliminar a la Liga llegan a sentirse sosas, flojas y la manera en que es solucionada es hacer que Superman, Batman y la Mujer Maravilla dejen de existir de manera similar a Flash durante Crisis en las Tierras Infinitas.

Por otro lado, Death of the Justice League es el disparo de salva para la crisis que se avecina, que lleva por título Dark Crisis, en donde la falta del equipo premier de superhéroes de DC Comics es algo que obligará a otros héroes (como en 52) y a la generación más joven de héroes a combatir a una fuerza mayor.

Concepto trillado, claro, que no aporta algo fuera de lo que se puede anhelar (a diferencia de la Crisis original o la Crisis Infinita, que es muy aclamada y que quizá para muchos es LA verdadera crisis) ver para un ejemplar 75.

Justice League #75 también coincide con el 30 aniversario de la Muerte de Superman, y quizá ello es lo que hace que esto no se sienta ni como homenaje a ese clásico, ni como una historia que sea significativa para la generación actual de lectores de cómics.

Al final del día, es una revista dominguera sin alma y sin impacto, que como muchas veces en la vida del volumen actual, no hizo sino apelar al morbo de imaginar cómo la Liga deja de existir, y el claro oportunismo de DC que significa colgarse de una historia que es un referente en los comics desde 1994.

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