¿A quién no le han roto el corazón alguna vez? ¿O quién no ha sufrido por amor? Aunque no lo creas, es más común de lo habitual. Y sí, tiene solución. Pero aquí no estamos para hablar de traumas psicológicos, a pesar de que los tengamos (ja, ja, ja). Si no de nuestros hobbies más arraigados: ver series, películas y jugar videojuegos.
Y qué mejor película para ejemplificar este tema que «500 días con ella» (500 Days of Summer en inglés), una película que habla sobre el amor, la ruptura y lo que sucede después de que todo termina. La película es dirigida por Marc Webb y fue estrenada en 2009. El filme se presentaba como una refrescante comedia romántica, pero en realidad se convierte en un auténtico viaje emocional para los personajes principales: Summer Finn (interpretada por Zooey Deschanel) y Tom Hansen (interpretado por Joseph Gordon-Levitt). La historia se desarrolla de forma no lineal, saltando hacia adelante y hacia atrás en el tiempo, lo que nos permite entender la relación desde dos perspectivas: la de Tom, quien cree firmemente en el amor destinado y eterno, y la de Summer, una joven independiente y escéptica sobre el concepto del «amor verdadero».

Summer y Tom: Las dos perspectivas de la película
Desde el punto de vista de Tom, la película comienza con un encuentro casual con Summer en la oficina donde trabajan juntos. Él se siente instantáneamente atraído por su belleza y personalidad encantadora, lo que desencadena su profundo deseo de estar con ella. Tom es un romántico empedernido, influenciado por las películas y la cultura pop que idealizan el amor, y de manera inmediata proyecta en Summer la imagen de su alma gemela. A lo largo de los «500 días», lo vemos cautivado por el aura magnética de Summer, y cómo cada momento con ella se convierte en un deleite emocional para él.

Sin embargo, la perspectiva de Summer es radicalmente diferente. Ella es franca desde el principio al afirmar que no cree en el amor eterno y que no quiere una relación seria. A pesar de ser honesta acerca de sus sentimientos, Tom opta por ignorar las señales y aferrarse a la esperanza de que ella cambiará de opinión. La película nos permite ver la creciente tensión entre los dos personajes mientras sus expectativas chocan con la realidad de la situación.
A medida que avanza la película, la dinámica entre Summer y Tom se profundiza. Se desarrolla una conexión especial entre ellos, y, en algunos momentos, parece que Summer también está enamorada. Pero esta confusión se desvanece rápidamente, y ella insiste en que solo quiere ser amigos. Aquí es donde los sentimientos de Tom se intensifican y sufre una montaña rusa emocional entre la felicidad y la tristeza.

La película retrata hábilmente las distintas etapas de una relación fallida: desde la emoción del enamoramiento hasta la desesperación de la despedida. A través de los ojos de Tom, vemos cómo intenta desesperadamente encontrar significado y propósito en la relación con Summer, incluso cuando está claro que no está destinada a ser una historia de amor tradicional.
Por otro lado, las acciones y decisiones de Summer también están motivadas por sus sentimientos, aunque no sean tan obvias como las de Tom. Se puede intuir que Summer aprecia la compañía de Tom, disfruta de su amistad y tal vez, en algún nivel, se siente atraída por él. Pero también es claramente reacia a comprometerse emocionalmente. La perspectiva de Summer muestra la importancia de la autonomía en las relaciones, dejando claro que cada individuo es responsable de su propia felicidad y no puede ser la fuente exclusiva de la felicidad del otro.

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¿Qué podemos aprender de esto?
«500 días con ella» es una película que nos hace cuestionar nuestras creencias sobre el amor y las expectativas que tenemos en una relación. A través de la experiencia de Tom y Summer, aprendemos que el amor no siempre sigue un camino lineal y que no todos los encuentros románticos terminan en una historia de amor tradicional. La película es un recordatorio de que las relaciones son complejas y que cada persona involucrada tiene sus propias emociones, perspectivas y necesidades.
Al final, «500 días con ella» es un retrato realista y conmovedor del amor y la desilusión. La película nos enseña que es esencial aceptar la realidad de una relación tal como es, sin forzarla a encajar en un molde preconcebido. A través de sus personajes y sus sentimientos, nos invita a reflexionar sobre nuestras propias experiencias amorosas y a encontrar la belleza en la imperfección del amor y la vida misma.

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