Con solo googlear un poco, es fácil encontrar muchísimas historias que han explorado la relación entre humanos y robots, claro ejemplo de ello son Terminator, Blade Runner, El Hombre Bicentenario, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, etc. Una de esas tantas magníficas obras que ofrece una gran profundidad respecto a las relaciones entre humanos y robots es Pluto, un anime que ha llegado a Netflix en octubre.

Basada en la obra del legendario mangaka Naoki Urasawa, Pluto nos lleva a un mundo donde los robots son más que simples máquinas; la mayoría son seres conscientes, complejos y éticamente desafiantes que plantean diferentes preguntas, haciendo de esta obra una joya filosófica y emocional en el mundo del manga y la animación japonesa.
La influencia de Astro Boy
Muchos de nosotros crecimos y tuvimos la oportunidad de ver en la TV de nuestros hogares a Astro Boy (Atom), uno de los primeros animes en hacerse muy populares fuera de Japón. Anime que por supuesto es la adaptación del manga Tetsuwan Atomu publicado desde 1952 a 1968, creado por Osamu Tezuka, el dios del manga japones, quien escribió también otras historias llenas de emotividad, abordando temas como la solidaridad, la convivencia, la paz y la guerra, el significado del amor, el capitalismo, la corrupción y mucho más.
Naoki Urasawa, otro mangaka japones, autor de obras como Monster o 20th Century Boys, es gran admirador de la obra de Osamu Tesuka, lo que le llevo a crear el manga de Pluto, tomando prestada la historia y los personajes de Astro Boy del arco argumental conocido como Chijō Saidai no Robotto (El mejor robot de la tierra – capítulo 50 y 51 del anime) llevándolo a crear una historia llena de misterio, intriga y emotividad que da inicio con dos crímenes que debe resolver Gesicth (un detective humanoide que trabaja para la Europol): el asesinato de Bernard Lanke, un humano que promovía la creación de leyes para la protección de los derechos de los robots; y la destrucción de Mont Blanc, un robot forestal considerado uno de los siete robots más poderosos del planeta.
Asimov ¿eres tú?
Desde su inicio, Pluto nos sumerge en una realidad donde los robots no son solo una herramienta, sino una parte integral de la sociedad. Los comportamientos de los robots, quienes conviven con los humanos, guardan similitudes con las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov, las cuales establecen un marco ético para la interacción entre humanos y robots. Si bien Pluto parece integrarlas en su historia, también las cuestiona y las lleva más allá, explorando las implicaciones éticas de una sociedad donde los robots no solo siguen las leyes, sino que parecen contar con sus propias emociones y ética.
Gesicht, el robot detective
El primer capítulo de Pluto nos presenta al protagonista Gesicht, un robot detective parecido físicamente a los seres humanos que intenta resolver dos misteriosos crímenes que parecen conectados entre sí, la muerte de Bernard Lanke, un humano pro derechos de los robots, y la destrucción de Mont Blanc, un robot forestal querido y respetado por muchos.

Fuente: Multiversity Comics
La narrativa se centra en la investigación de esos crímenes, pero lo que hace que este anime sea verdaderamente excepcional es cómo se explora la profundidad moral de Gesicht. En una sociedad donde los robots están programados para obedecer y proteger a los humanos, ¿Cómo manejar los dilemas éticos y las «emociones» que surgen en un robot?
Gesicht es un ejemplo viviente de esta paradoja. A pesar de ser un robot, su humanidad se manifiesta a través de su ética, su búsqueda de la verdad y su lucha por comprender los misterios detrás de los asesinatos. Este aspecto del personaje se relaciona con el hecho de que él es uno de los siete robots de primera clase creados con la más alta tecnología, algo que parece tener implicaciones en su inteligencia artificial y la forma en que esta ha evolucionado en él.
La partida de Mont Blanc plantea una pregunta fundamental: ¿puede un robot por iniciativa propia destruir a otro robot? Esta cuestión es esencial para la narrativa de Pluto y refleja un dilema ético real que enfrenta la sociedad. Si los robots son programados para obedecer y no causar daño a los humanos, ¿Qué sucede cuando sus acciones involucran el asesinato de un humano y la destrucción de otro robot? La investigación de Gesicht lo lleva a interactuar con otros personajes, lo que conlleva resolver algunas cosas, pero dejando también más incógnitas. Cada personaje, ya sea robot o humano, tiene sus propias motivaciones, ética y conexiones con el caso. La serie se sumerge en sus trasfondos y dilemas éticos, creando una narrativa rica y multidimensional.

El anime nos llevará por un viaje de descubrimiento, donde la lucha entre la ética y el deber se encuentra en el centro de la historia. Los diálogos entre los personajes y las situaciones a las que se enfrentan plantean cuestiones filosóficas profundas. ¿Pueden los robots ser tratados como seres conscientes, incluso si están programados para obedecer? ¿Dónde reside la línea entre la obediencia y la rebelión? Preguntas que por hoy trascienden el anime y nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia ética en un mundo cada vez más tecnológico, donde la IA no es solo una palabra de moda.
Arte
Pluto no solo brilla en su narrativa y personajes, sino también en su estilo artístico y dirección. El diseño de personajes, aunque basado en el manga original, le otorga una identidad visual única al anime. Los personajes como Gesicht, Atom y otros, se vuelven reconocibles, incluso con sus diferencias de estilo.
La animación es impresionante en la forma en que aborda las escenas de acción y, más importante aún, cómo detalla las emociones de los personajes. Las expresiones faciales y los gestos de los robots parecen transmitir emociones humanas profundas, lo que refuerza el tema de la humanidad que recorre el anime.

En nuestro caso, Pluto ha dejado una impresión duradera, tal como lo expresan los fanáticos y los críticos por igual. La profundidad de sus temas éticos y filosóficos, combinada con una narrativa profunda y emocionante, podrían convertir esta adaptación como una obra maestra del anime.
A medida que se desarrolle la historia, es seguro que seguiremos explorando la trama y los dilemas que se darán en los siguientes capítulos, pues Pluto es un recordatorio de que el anime puede ir más allá del entretenimiento y sumergirse en cuestiones profundas que despiertan la reflexión y la discusión sobre la ética en un mundo cada vez más tecnológico.
